¡Qué «momentum»!

20 de marzo de 2010. En torno a las diez de la noche. Se oye el susurro de la arena cayendo en el interior de un reloj de arena. «Tic, tac; tic, tac; tic, tac…» Varios relojes se unen para conformar una misteriosa y sugerente melodía. De entre las sombras, aparece un grupo personas que se fusionan con el ritmo valiéndose de su cuerpo y de los más insólitos artilugios para generar nuevos y sorprendentes sonidos. ¡El espectáculo ha comenzado! Durante los próximos minutos, el tiempo se relativiza y pasa a ser presa de los deseos de estos funámbulos del sonido que lo aceleran, ralentizan, detienen y liberan a su antojo.

Estoy hablando, sí, de «Momentum», el último montaje del heterogéneo grupo Mayumana, otro perfecto ejemplo de que la hibridación de los conocimientos, sensibilidades, aptitudes de cada persona de un equipo hace más rico al conjunto. El espectáculo mezcla la percusión, con el baile y el canto; rock, con pop, con techno, con hip-hop; samba, break-dance, flamenco y cadencias arábigas; el drama y, sobre todo, el humor.

Si a esto le unes la capacidad de involucrar al público en la función, el producto resultante se convierte en una experiencia inolvidable. Dos apuntes a este respecto:

1. Las intervenciones de la audencia no son simples guiños al respetable, sino que acaban convirtiéndose en parte activa del show. No en vano, el fin de fiesta; la traca final; nos pilló a todos de pie, dando palmas y bailando al ritmo de los tambores.
2. Las menciones a peculiaridades propias de la ciudad donde realizan la función son constantes. En Bilbao, por ejemplo, se marcaron varias frases en euskera, y no los simples y manidos eskerrik asko (muchas gracias), kaixo (hola) o agur (adiós), sino frases completas que no son precisamente fáciles de aprender y decir, e incluyeron referencias a lugares cuyas características y singularidades son conocidas fundamentalmente por quien vive en la zona (esa invitación a la pretty woman para irse juntos a «La Salvaje» de Sopelana, la playa nudista de la localidad vizcaína, fue muy buena).

Hibridación de conocimientos, involucración del público (cámbialo por cliente, si quieres), humor… Agítalo bien fuerte, échale un chorrito de profesionalidad y otro de compromiso y te sale un espectáculo, producto, servicio único e irrepetible.

¡Qué momento, «Momentum»!

Fotografía | «Time» por Robbert van der Steeg (Flickr)